jueves, 10 de diciembre de 2009

Aforismo

Debemos adoptar siempre aquellas actitudes que nos ayuden a iluminar y rescatar nuestro pasado, sin proyectar sombra hacia nuestro futuro.

Amable Sánchez

lunes, 7 de diciembre de 2009

We May Be Born With an Urge to Help


What is the essence of human nature? Flawed, say many theologians. Vicious and addicted to warfare, wrote Hobbes. Selfish and in need of considerable improvement, think many parents.

But biologists are beginning to form a generally sunnier view of humankind. Their conclusions are derived in part from testing very young children, and partly from comparing human children with those of chimpanzees, hoping that the differences will point to what is distinctively human.

The somewhat surprising answer at which some biologists have arrived is that babies are innately sociable and helpful to others. Of course every animal must to some extent be selfish to survive. But the biologists also see in humans a natural willingness to help.

Nicholas Wade

Aforismo

Me gusta el cementerio porque abre todos los días y nadie tiene que hacer cola para morirse.

Amable Sánchez

viernes, 4 de diciembre de 2009

Juan Pablo II y la Evolución


En el año 1996 se publicó en L’Osservatore Romano las siguientes palabras de Juan Pablo II: “Los últimos conocimientos científicos han demostrado que la evolución es más que una hipótesis. De hecho es remarcable que esta teoría ha sido aceptada por la mayoría de los científicos, tras obtener toda una serie de datos en varios campos del saber. La convergencia de los resultados obtenidos por vías de trabajo independientes es por sí mismo un argumento de peso a favor de esta teoría”.

¿Cuál es el problema con la teoría de la evolución?


La teoría de la evolución de Charles Darwin, todavía hoy a 150 años de su publicación, plantea un problema personal para muchos individuos. En el fondo, no son los aspectos “científicos” de la evolución los que les resultan problemáticos, ya que la evidencia favorable es abrumadora, sino más bien es su carácter materialista. La teoría de Darwin no admite ningún dualismo. Esto parece ser el verdadero motivo por el que no es aceptada por todos.

Roberto Blum

Mas sobre "El origen del hombre" en la UFM


Hasta antes de Copérnico y Galileo, se creía que la Tierra era el centro del universo. Los avances de la ciencia cambiaron esta perspectiva. Desde mediados del siglo pasado, la Iglesia Católica aceptó la teoría de la evolución, pero hizo énfasis en que el alma inmortal del hombre es una creación especial de Dios.


Charles Darwin, quizás el más influyente científico de los últimos doscientos años, jamás dijo que proveníamos del mono; tampoco que únicamente sobreviven los más aptos, ni que los genes se refuerzan con el tiempo. Aún hoy, 150 años después de la publicación del Origen de las especies, existen muchas interpretaciones equivocadas del pensamiento evolucionista.


La evolución mediante la selección natural es un proceso que no tiende a la perfección de ninguna especie. Las especies se adaptan lentamente a su medio ambiente, en un proceso que está impulsado por la diversidad genética de los individuos que las componen.


Se mencionó en el almuerzo del Centro de Ética David Hume la controversia con quienes proponen "el creacionismo y el diseño inteligente" como opciones alternativas a la evolución. Si bien estas opciones tienen numerosos seguidores, principalmente en los Estados Unidos, el consenso de los científicos es que la evolución mediante la selección natural es una teoría con tantas evidencias que se puede considerar un "hecho."


Finalmente, se plantearon dudas y cuestiones como las siguientes: ¿Tiene el evolucionismo relación con la cultura, la moral y la fe? ¿Es el ser humano un punto de llegada o sólo un paso, una transición? ¿Hacia dónde vamos? Si bien la evolución es una teoría enormemente robusta, para muchos individuos implica un problema personal. Quizás esta es la razón por la que, a 150 años de publicada, la obra de Darwin sigue siendo discutida con tanto interés y apasionamiento.


Roberto Blum

martes, 1 de diciembre de 2009

Diálogo sobre El origen del hombre

El 19 de noviembre, los integrantes del club de lectura del Centro de Ética David Hume se reunieron para dialogar sobre la obra El origen del hombre, de Charles Darwin. He aquí un resumen de lo que se dijo durante la sesión: Se creía –con autores como Copérnico, Galileo y otros– que éramos el centro del universo. Desde los años veinte, la Iglesia aceptó la teoría de la evolución, pero hizo énfasis en que el alma del hombre es creación de Dios. Se pensaba que tantos los monos como los hombres habían recibido directamente un alma, con la diferencia de que el alma de los segundos es inmortal. Los ortodoxos rusos no aceptan la existencia del alma, sino sólo una especie de “apreciación divina”. Nuestra manera de razonar es algo espiritual, y nuestro método implica el conocimiento y la voluntad. Darwin jamás dijo que proveníamos del mono; tampoco que únicamente sobreviven los más aptos, ni que los genes se refuerzan con el tiempo. Aunque “mutemos”, no podemos convertirnos en otra cosa distinta de nosotros. Un individuo no evoluciona solo, es toda una población la que logra evolucionar. Hay que tener más claro el concepto de evolución. Los evolucionistas dicen que el diálogo no está cerrado, ni el evolucionismo es un tema que ya haya pasado de moda; la prueba es que aún se sigue discutiendo sobre él. El evolucionismo puede ser una teoría simple, pero no debe creerse que tienda al perfeccionismo. El evolucionismo sólo habla de cambio. Puede ser que tenga una mayor relación con el colectivismo. Los seres humanos son diferentes a otras especies: el hombre tiene más capacidad, fortaleza, etc., que un animal. ¿Tiene el evolucionismo relación con la cultura, la moral y con la fe? ¿Es el ser humano un punto de llegada o sólo un paso, una transición? ¿Hacia dónde vamos? –se preguntaron algunos–. Según otros, el creacionismo tampoco nos proporciona evidencias.

Amable Sánchez