domingo, 2 de mayo de 2010

¿HAY QUE DECIR SIEMPRE LA VERDAD?


Durante el almuerzo del Centro de Ética David Hume efectuado el pasado día 15 de abril nos preguntamos si es moralmente correcto mentir alguna vez o bien si existe la obligación de siempre y en cualquier circunstancia decir la verdad.

Es claro que el contexto de cada situación es muy importante para definir cuando se pudiera mentir o bien no decir lo que creemos qué es verdad. Expresar la verdad se puede ver como un medio que sirve para alcanzar otros fines o valores a veces superiores. En este sentido decir la verdad en toda circunstancia no es un fin en sí mismo.

Lo verdaderamente negativo de mentir es que da lugar a que se rompa la confianza, un elemento fundamental en toda interacción humana. Sin duda la veracidad de una persona es una virtud importante.

Sin embargo hay que actuar siempre sobre una base de principios sólidos y con claridad de conceptos. Por ejemplo, el engaño y la mentira no son la misma cosa. Tienen un origen y consecuencias distintas. El engaño es un acto que se relaciona más con la traición. En cambio la mentira es una expresión puramente verbal.

Finalmente se concluyó que siempre habrá que actuar prudentemente. Esto es, considerar las circunstancias concretas así como prever, e incluso medir, las consecuencias probables de nuestros actos y dichos.

Roberto Blum

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