La vanidad humana es una gran estupidez; más, si la misma persiste en torno a la muerte, y más todavía si encima se viste de arrogancia: el vánitas vanitatum del Eclesiastés y el pulvis est et in púlverem reverteris –polvo eres y en polvo te convertirás– del Génesis es la misma cosa.
Amable Sánchez
lunes, 20 de julio de 2009
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario