El aforismo de Amable Sánchez sobre la vanidad humana trae a mente la reciente muerte de Michael Jackson, quien en los últimos años solo era noticia por su escandalosa vida pero ahora de repente se convierte en un ídolo del mundo afro-americano comparando incluso su impacto con el de Martin Luther King y Rosa Park.
No cabe duda del legado que dejaría su brillante talento artístico y sus innovadoras actuaciones en el mundo musical y cinematográfico de los años ochenta y que le ganaría el título “Rey del Pop”.
Pero me parece exagerado comparar su influencia con la de Martin Luther King y Rosa Parks quienes con sus actos de gran valentía dieron el mayor impulso al “Civil Rights Movement” de los Estados Unidos de América.
Michael Jackson en su vida privada no mostró ninguna actitud comparable; al contrario, la vanidad marcó su apariencia y su conducta.
Pregunto:
Ya que como los medios de comunicación nos bombardeen constantemente no solo con la obra sino también con las intimidades de los artistas: será importante la conducta moral privada de ellos?
Y a largo plazo y para la posteridad: la vida privada fatua, derrochada, disipada de un artista será verdaderamente importante para apreciar su arte?
Erika Bornholt
martes, 21 de julio de 2009
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