Si el espejo solo te sirve para hacer trucos, y no para decirte lo que eres, rómpelo; si la ley solo te sirve para hacer trucos, y no para decirte cómo tienes que vivir, rómpela; si el corazón solo te sirve para hacer trucos, y no para decirte cómo y a quién tienes que amar, rómpelo. Que el viento se lleve los añicos de todo. Tal vez por ahí vuelva la vida verdadera.
Amable Sánchez
lunes, 1 de marzo de 2010
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