Antes del inicio del reciente diálogo del Centro de Ética David Hume sobre la encíclica Caritas in veritate del Papa Benedicto XVI se oyeron algunos comentarios como “el tema es demasiado religioso”. Probablemente cambiaron opinión durante el diálogo porque de que menos se habló fue de religión, sino de la actual situación social del mundo, de la economía, del mercado – temas que expuso el Papa en su encíclica.
Pero de eso no se trata en este comentario sino de la pregunta: Puede ser un tema “demasiado religioso” para que se discuta en un centro de ética?
La iglesia católica tiene millones de fieles en todo el mundo que giran su conducta moral según la enseñanza de su religión. Igual los judíos viven, hace miles de años, en torno a estrictos códigos religiosos. Y es demasiado religioso discutir si alguien se sacrifica en nombre de Allah?
Viktor Frankl desarrolló en su análisis existencial del ser humano el concepto que la mayor motivación en los seres humanos es la búsqueda de un sentido de la vida. Muchas personas encuentran una respuesta en la religión de su sociedad. Otras la buscan en la ciencia y tecnología, en la filosofía kantiana, con Ludwig von Mises, con Ayn Rand, con Martin Luther King jr.…
Todos buscamos nuestra propia verdad íntima, nuestra esencia.
Este jueves, en el Club de lectura, nos encontraremos con “El hombre en busca del sentido último”, de Viktor Frankl.
¿Demasiado religioso?
Erika Bornholt
miércoles, 26 de agosto de 2009
¿Demasiado religioso?
Etiquetas:
encíclica,
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sentido de la vida,
verdad íntima,
Viktor Frankl
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1 comentario:
Si, demasiado religioso. En este texto, Viktor Frankl el psiquiatra creador de la logoterapia se revela como un simple predicador. No hay que confundir la gimnasia con la magnesia.
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