Si la moralidad no comenzó con la aparición de los seres humanos o con la religión, tampoco podríamos esperar que haya alcanzado su culminación con nosotros en la actualidad.
La moral, y la ética como la reflexión racional sobre la moral, sin duda han evolucionado, están evolucionando y lo seguirán haciendo en el futuro.
Ray Kurzweil* sueña con convertirse en un ciborg – un organismo cibernético – un cuerpo humano al que se le han implantado diversos elementos tecnológicos para aumentar su inteligencia, su fuerza, su resistencia y su longevidad. Aun más, Kurzweil sueña en poder “upload” su personalidad – inteligencia, memoria y voluntad – a una computadora y así poder vivir eternamente en el ciberespacio. Algo que muchos creen no es imposible.
Los sorprendentes avances tecnológicos nos obligan a plantearnos preguntas acerca de los dilemas morales que habremos de enfrentar muy pronto. La clonación humana, la manipulación de embriones, los diversos implantes corporales y pronto aquellos otros para mejorar nuestras mentes, los bebes “a la carta,” etc., son posibilidades que quienes hoy vivimos y especialmente los jóvenes enfrentarán muy pronto.
Kurzweil afirma que para el año 2045 llegaremos a lo que diversos pensadores han llamado la “singularidad,” una nueva etapa en la evolución del universo.
*R Kurzweil is an inventor and a futurist. He has been a pioneer in the fields of optical character recognition (OCR), text-to-speech synthesis, speech recognition technology, and electronic keyboard instruments. He is the author of several books on health, artificial intelligence (AI), transhumanism, the technological singularity and futurism.
Roberto Blum
lunes, 25 de mayo de 2009
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